El primer gol es como el primer amor: no se olvida nunca. Y aunque su función en el campo está más ligada a la de evitarlos que a la de hacerlos, Gabriel Risso Patrón habrá soñado despierto muchas veces con su primer gol en Atlético. A veces habrá sido un golazo, como una gambeta larga al arquero en un mano a mano o un zurdazo furioso al ángulo desde afuera del área. Otras veces habrá imaginado un golcito, de factura mezquina, punteando un rebote en un córner o pegándole mordida. Al final, le tocó uno que quizás nunca había planeado, pero que vale por todos lados. Vale porque abrió el partido desde temprano y le inyectó una dosis de confianza a un equipo que venía golpeado por la eliminación en la Sudamericana; vale porque resultó decisivo para una segunda victoria consecutiva en fuero local y en condición de visitante (sobre un terreno deplorable, por cierto), lo que mejora muchísimo las perspectivas de Atlético de cara a la clasificación.
Un clavo saca otro clavo: el nuevo objetivo “decano”Pero también vale porque Risso Patrón no se limitó a definir la jugada. Él mismo fue quien la empezó, estando atento para salir a bloquear ese despeje desesperado de Carabajal y devolverlo al ataque. Pudo haberse quedado ahí, acompañando la acción desde atrás, pero intuyó bien y antes de que Heredia pudiera darse vuelta siquiera, ya se había lanzado como opción abierta por el extremo izquierdo. A la suerte también hay que ayudarla, y a Gabriel su primer gol en el “Decano” lo encontró en el lugar correcto, listo para desenfundar e incrustarla allá arriba, como si fuera un delantero de oficio. Mejor regalo imposible para el monterizo, que el jueves cumplió 25 años.
Desde una perspectiva más amplia, también vale porque la cuota de peso ofensivo que se perdió con la partida de Leandro Díaz parece haberse compensado repartiéndose en el resto. Los siete goles que marcó Atlético desde la vuelta llevaron firmas distintas: Carrera, Ruiz Rodríguez, Acosta, Isa Luna, Heredia, Risso Patrón y Melano. Todavía no pudieron anotarse Toledo y Lotti, pero esto recién empieza.